La adopción de una arquitectura de nube híbrida, permite a las empresas aprovechar los beneficios particulares de cada uno de los entornos, al poder combinar los servicios nativos de la nube pública, con recursos y servicios de nube privada y las inversiones heredadas en tu propio centro de datos.
De esta forma, podemos vivir una migración más gradual al cloud, facilitando la transición de nuestra empresa al futuro, al poder acceder a nuevas tecnologías como el Big Data mientras conservas tus aplicaciones heredadas.
Gestionar cargas de trabajo dinámicas o que cambian con frecuencia puede ser complicado sin un enfoque de nube híbrida. Accede a una plataforma gestionada y de servicios nativos de VMware con Google Cloud para escalar tus cargas de trabajo dinámicas sin necesidad de adaptar nuevamente tus aplicaciones.