La manera tradicional de crear y desarrollar software era tediosa y poco eficiente al no poder abstraer la aplicación del entorno en el que se ejecutaba.
Las tareas de mantenimiento, actualización e innovación eran poco eficientes y no estaban alineadas con las necesidades de TI.
Con Kubernetes Engine conseguimos un despliegue mucho más rápido, ágil y consistente de las aplicaciones, además de olvidarnos de las sobrecargas operativas y de poder escalar la aplicación de forma automática o manual según las necesidades del momento
Escala automáticamente los recursos de tu aplicación de forma vertical y/o horizontal en función de las necesidades.
Mantén el grupo de nodos de tu clúster actualizados con la última versión estable y olvídate de administrarlos manualmente.
Distribuye las solicitudes entre los diferentes clústers para conseguir resultados óptimos de rendimiento, transferencia de datos y disponibilidad a bajo coste.
Monta de forma automática el sistema de almacenamiento necesario, independientemente de si es en local o en la nube.
En caso de fallo en el momento de actualizar una aplicación o cambiar la configuración, se realiza un rollback automático.
Benefíciate del ecosistema de Google Cloud y almacena tu código, gestiona tus imágenes docker y analiza los datos o implanta el aprendizaje automático en tu aplicación.